Compliance: Gestionando el Cumplimiento para Asegurar la Rentabilidad y Continuidad del Negocio
El cumplir con las obligaciones y compromisos a los cuales se suscriben las organizaciones, se ha convertido en una prioridad estratégica y un factor clave para lograr sus objetivos de rentabilidad, continuidad y prevención de riesgos, así como, para brindar confianza a sus clientes, accionistas, colaboradores y partes interesadas.
Compliance ("Conformidad" en su traducción al español) es una de las áreas de gestión que ha cobrado mayor relevancia tanto en el sector público como en el privado, debido a sus beneficios que van desde el cumplir con los requisitos legales, estándares, políticas internas y compromisos, hasta la prevención de sanciones por contravenir una ley, penalizaciones por incumplimiento de contratos o demandas judiciales.
La norma internacional ISO 19600 es el principal referente para las organizaciones que han decidido implementar un Sistema de Gestión de Compliance o fortalecer el cumplimiento de sus obligaciones y compromisos de manera formal y estandarizada, proporcionando directrices y mejores prácticas para organizaciones de todo tipo y tamaño, tengan o no implementado un sistema de gestión.
ISO 19600, junto con ISO 31000 de Gestión del Riesgo e ISO 19011 de Auditoría, es una de las principales normas de soporte para los sistemas de gestión, ya sean de Calidad, Seguridad, Medio Ambiente, Continuidad del Negocio u otros. Estas normas de soporte tienen la característica de no tener propósitos de certificación y no especificar requisitos (debes) sino directrices (deberías), las cuales pueden adaptarse a las necesidades y requerimientos de las organizaciones.
Un Sistema de Gestión de Compliance eficaz requiere un enfoque más allá del puro cumplimiento, debe ser integrado a la cultura de las organizaciones, priorizando el desarrollo de comportamientos y actitudes en sus colaboradores, principal e inicialmente en los dueños, accionistas y directivos, ya que son ellos quienes deben liderar con el ejemplo y ser los primeros en demostrar el cumplimiento de las obligaciones y compromisos, desde seguir los protocolos de control de acceso a las instalaciones y usar el equipo de protección personal en los lugares requeridos, hasta cumplir con políticas anticorrupción y buenas prácticas corporativas.
Para alcanzar el máximo potencial y beneficios de una adecuada gestión de la conformidad o compliance, debe integrarse con las prácticas de gestión estratégica, gobierno corporativo, gestión del riesgo y sustentabilidad de las organizaciones, siendo la alta dirección la principal responsable de llevarla a cabo y hacer que trabaje para soportar el éxito y continuidad del negocio.
Debido a la importancia que ha adquirido esta área de gestión, se han incorporado funciones como "Chief Compliance Officer" o "Legal Compliance Officer", quienes tienen la responsabilidad de liderar el cumplimiento de las obligaciones y compromisos, con apoyo de las diferentes áreas o procesos de las organizaciones, ya que cada uno de ellos debe ser responsable de cumplir con requisitos específicos derivados de sus operaciones.
La Abogacía es la profesión natural a la cual se le designa dicha responsabilidad, aunque no es un requisito estricto. Los principales factores a considerar para designar a un líder en Compliance son: el conocimiento de las obligaciones y compromisos, contar con experiencia en la industria y tener una visión integral de los procesos y cadena de suministro. En caso de no contar con un área legal dentro de la organización, es fundamental tener disponible un soporte legal externo.
Independientemente del tamaño o industria en la que se encuentre una organización, la adecuada gestión del cumplimiento de las obligaciones y compromisos es un factor determinante para fortalecer sus capacidades, tanto para aprovechar oportunidades de negocio como para prevenir impactos negativos que pongan en riesgo su viabilidad.
